«El triunfo de la reacción es moralmente imposible» así lo expresó el presidente Benito Juárez en el Siglo XIX, y tal parece que sus palabras cobran vigencia cuando en el México del Siglo XXI, los herederos de esa misma reacción fueron avasallados por la voluntad de la mayoría, expresada en las urnas.

Desde muy temprano y antes de que las casillas estuvieran abiertas ya había filas de personas esperando, en muchos casos expuestas a la candente y desmotivadora luz solar, para ejercer su derecho a elegir el proyecto de gobierno para México.

Los encargados de ejecutar la estrategia de medios para posicionar la ideología conservadora se encargaron de difundir, desde meses atrás que este proceso electoral sería una «elección de Estado», sin embargo, nunca mostraron las evidencias para aseverar la acusación quedando esta en simple propaganda.

Una de las causas del fracaso del proyecto llamado «Fuerza y corazón por México» comandado por Claudio X González y una pandilla acostumbrada a usar métodos negativos de golpeteo político, fue usar profusamente la mentira como arma de convencimiento: el objetivo de su proyecto nunca fue transformar elementos de gobierno para mejorar las condiciones de los gobernados, su misión era algo más elemental, precario y a veces hasta insultante, eliminar a la cuarta transformación para regresar al modelo de corrupción representado por sus propios candidatos.

El cinismo, la desvergüenza y una idea caduca de modelos politiqueros ya superados, empujaron a la reacción de conservadores para anunciar su triunfo en un evento lleno de gritos algarabía, confeti y falsas sonrisas. Así fuimos testigos de la declaración de triunfo de Xóchitl Gálvez quienes sin importarle que la inevitable verdad le revertería un golpe merecido de realidad cuando sus palabras serían desmentidas en corto tiempo, fue capaz de encabezar nuevamente la vulgar mentira, en este caso decir que su coalición había ganado no sólo la presidencia sino todas las contiendas electorales.

Para apuntalar su dicho la candidata Xóchitl no mostró datos ni evidencias, sino la simple y pura manifestación de ideas publicadas en su reino adulador de redes sociales dirigidas a la irracionalidad, para detonar otra estrategia fallida más:  una campaña mediática sugiriendo fraude electoral.

Después de incumplir varios anuncios para salir a dar los resultados oficiales, la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, al filo de la media noche por fin salió en cadena nacional para informar los resultados preliminares de la contienda de los cuales se desprende que:

Claudia Sheinbaum Pardo, la candidata de la cuarta transformación de la vida pública de México será la primera mujer en ocupar la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos.

La doctora Claudia Sheinbaum logró superar el récord de votos obtenidos en 200 años de historia en México.

El proyecto de nación de la coalición «sigamos haciendo historia» logró obtener la mayoría calificada en la cámara de diputados y senadores, lo que significa que dicho proyecto fue avalado por la mayoría para proponer y aplicar las reformas que se requieren para avanzar en el proyecto progresista del proyecto de nación llamado: Cuarta transformación.

Con una participación de alrededor del 60%, la diferencia entre la opción de derecha y la opción transformadora fue de alrededor del 30 puntos, este resultado permite descubrir otra mentira de los merolicos conservadores: la cacareada polarización no existe ya que quedó demostrado, de acuerdo con los datos preliminares, que la diferencia no es significativa para asegurar tal polarización, lo que si demuestra es que las estrategias usadas por la derecha se quedaron en prácticas anacrónicas que ya no tienen efectividad en el nuevo tablero del juego político mexicano.

Los asesores fracasados, que aplicaron modelos prianistas del Siglo pasado, mostraron que no por cobrar en millones de dólares y haber estudiado en universidades comerciales, sus modelos estratégicos son eficientes, por lo tanto, en el futuro resultará necio por no decir imbécil, seguir contratando a estos consultores de imagen, analistas políticos y estrategas mediáticos que nunca se actualizaron y que sólo basaron sus promesas en una aberrante y también anacrónica práctica corrupta de tráfico de influencias.

Otro elemento que es necesario analizar es la participación, en política, del junior fracasado Claudio X González, que, por medio de una gran cantidad de recursos económicos y una mínima calidad moral, logró emparejar a tres nefastos y oscuros personajes: los líderes de los PRIAN y del PRD, que han demostrado su poca capacidad de atender las necesidades de la ciudadanía, pero si su amplia experiencia en la nefasta corrupción. El futuro de este mediocre gerente quien no ha logrado ganar nada, será utilizar las voluntades de hombres y mujeres que de manera legitima se congregaron en la plaza pública para defender sus filias e intereses; me refiero a los miembros de la marea rosa. Ya veremos al patriarca de la derrota, por medio de payasos con peluca verde, convocar nuevamente a esta fuerza humana para seguir vigente en el escenario público con una opción ultraderechista que está siendo fuertemente contrastada con un racional humanismo alejado de los privilegios con tintes monárquicos terrenales o espirituales.

Otros evidenciados en su estulticia fueron algunos miembros de la intelectualidad quienes, con una soberbia desmedida y alimentada con la esperanza de seguir recibiendo fuertes subsidios, denigraron una práctica noble de manifestación como son los desplegados de abajo firmantes para convertirla en una nefasta acción de ambiciosos firmantes cabizbajos. Los analistas de los cada vez más desprestigiados programas como Tercer Grado y similares, también hicieron un gran ridículo pensando que por mencionar hasta el hartazgo la palabra «narrativa» conseguirían los apapachos que les hacen falta para consolar sus sapientísimos lloriqueos.

Claudia Sheinbaum Pardo, en las instalaciones del Hotel Hilton de la Ciudad de México recibió la noticia de su triunfo y ante los medios de prensa nacionales y extranjeros mencionó que recibió la llamada de la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez de quien escuchó el reconocimiento de los resultados. La atención telefónica que hizo Xóchitl a la futura presidenta, antes de darle la cara a sus «xochilovers», es sin duda una afrenta más que muestra su escaza nobleza, o nuevamente exhibe la mediocre asesoría de sus estrategas políticos.

Las personas votantes a favor de Xóchitl que en ese momento seguramente estaban confundidas, merecían una explicación por parte de la ingeniera millonaria, antes de llamar a su contrincante,  para por lo menos agradecer las asoleadas de sus fans en las marchas rosadas.

Frente a Palacio Nacional en el históricamente escenario de la izquierda, el zócalo capitalino, Claudia Sheinbaum acudió ante las personas que ahí la esperaron, para dar un mensaje del cual se destacó la mención de agradecimiento al liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.

Pero sin duda lo más emocionante de su discurso fue la mención a las mujeres que históricamente han luchado por la equidad y que con valentía, congruencia y constancia, lograron avanzar en la transformación de la visión machista y hacer posible que por primera vez en 200 años sea una mujer, de izquierda, preparada y con firmes principios liberales quien conduzca la continuidad del humanismo mexicano. Logro sintetizado en las palabras de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo: «Cuando se tienen convicciones y amor al pueblo se puede lograr todo”.

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