En la reunión constitutiva del grupo parlamentario del partido MORENA, eligieron por unanimidad proponer a Gerardo Fernández Noroña para ser el próximo presidente del Senado de la República, esta noticia ha impactado en forma positiva a los simpatizantes de Noroña, que no son pocos, y negativamente a las huestes de la derecha que, aunque son pocos, hacen mucho ruido a través de los medios corporativos de desinformación, que son la mayoría en los espacios públicos de radio, prensa y televisión abierta.

Recordemos que Gerardo Fernández Noroña, participó de manera muy destacada como aspirante para ser candidato a la presidencia de México y debido a los resultados que obtuvo se posicionó como una figura importante dentro del cuarto movimiento de transformación, que, sin violencia, está logrando cambiar la dinámica política y social de México, a pesar de la oligarquía económica busca, a través de sus piezas políticas, judiciales y mediáticas, continuar con el modelo de corrupción que ha retrasado el desarrollo de nuestro país.

Esta misma oligarquía económica política y mafiosa, detectó un riesgo para sus intereses desde que, siendo diputado de oposición, Noroña señaló, en su cara, a Genaro García Luna, como un delincuente. Esta afirmación se hizo relevante cuando años después este oscuro personaje, fue acusado por el gobierno de Estados Unidos y declarado culpable de ser un narcotraficante que al amparo ignorante o cómplice del presidente espurio Felipe Calderón opero el narco estado mexicano durante los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional de Acción Nacional.

Gerardo Fernández Noroña ha sido, desde su trinchera parlamentaria, un fuerte adversario para la derecha, lo cual ha sabido transmitir de forma efectiva y sobre todo innovadora desde sus redes sociales, donde ha construido una audiencia que se ha identificado con su forma de expresión sin los típicos y añejos acartonamientos del político que habla y habla para que nadie le entienda nada. Noroña es diferente a ese modelo decadente, habla sin filtros y en un leguaje claro y conciso, esto lo ha conectado con un público agraviado y despreciado por años, que ha encontrado en personajes como Noroña a un representante natural y confiable de sus causas.

A Noroña, sus odiadores, le dicen “porro” debido a los métodos de protesta que ha ejercido desde sus primeros años de actividad política, sin embargo, y pesar de sus muchas veces incontinencias emocionales, no hay registro de que sus luchas públicas estén marcadas con eventos violentos, al contrario, cuando era retirado de forma agresiva por las fuerzas públicas al mando de gobiernos autoritarios, claro del PRI y del PAN, Noroña no se oponía, aplicando el mecanismo de la resistencia pacífica se le vio muchas veces siendo conducido en vilo por las fuerzas policiales.

A Noroña le dicen “majadero” porque desde la tribuna y sus declaraciones públicas habla contundentemente sobre los mecanismos perversos e hipócritas de la derecha y de paso les adjudica motes y adjetivos a sus adversarios, por ejemplo, a Felipe Calderón le llama el “tomandante Borolas” y a Fox le dice el “cabeza hueca”. Estos apelativos, a pesar de que describen las características de los expresidentes, no son bien aceptados por los tradicionalistas, pero el pueblo, que es el que importa, ha visto en Noroña el eco de su propia voz manifestar en la voz de un diputado, las cosas que les gustaría decirles a quienes identifica como los más fieles representantes de la corrupción política.

A Noroña lo quieren ofender al compararlo con un indigente conocido como “Changoleón”; esta comparación se la adjudican debido a que los clasistas sostienen y es motivo de sus profundos análisis que a Noroña no le gusta bañarse, la profundidad de esta aseveración discursiva no es más que una estupidez salida de la precaria mente de los que, además, se sienten luminarias del pensamiento político contemporáneo.

Lo cierto es que a pesar de los múltiples defectos que posee Gerardo Fernández Noroña, la ignorancia y la ambición económica no están en su catálogo, Noroña es un acérrimo lector y promotor de la lectura.

De tal manera que ha sido muy difícil para sus detractores representados por los legisladores paniaguados, es decir legisladores favorecidos a cambio de vasallaje, encontrar argumentos distintos al insulto, que puedan hacer trastabillar a Noroña, pero habrá que decir que esto no es un gran mérito, la verdad no ha tenido contrincantes de peso en el debate parlamentario, se ha enfrentado a recursos muy pobres por parte de legisladores muy limitados de herramientas cognitivas, retoricas y morales y ahora en el senado que estará nuevamente Kenia López Rabadan, Lilly Tellez, junto con el caradura de Ricardo Anaya, no parece ser un gran reto para las tablas discursivas y de procedimientos parlamentarios que adquirido Gerardo Fernández Noroña. Ya veremos.

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