Para hablar sobre los libros de texto gratuitos que la SEP entregará a la niñez mexicana, es necesario informarse: obtuve con facilidad el plan de estudios para la educación preescolar, primaria y secundaría aplicable a toda la República Mexicana, y no crean que tengo palancas en la Secretaría, bastó con acudir al diario oficial de la federación del 18 de agosto de 2022, para darme cuenta de que una vez más y como es su costumbre, los medios de manipulación mienten al decir que los contenidos de los nuevos libros de texto son ocurrencias de un comunista llamado Marx Arriaga.

Otra mentira más que propagaron estos merolicos de la desinformación fue que a nadie se le pidió opinión para definir lo que será la nueva escuela mexicana, según estos perversos, los textos están plagados de lo que ellos llaman el virus comunista.

Veamos: De acuerdo con diferentes testimonios y a lo publicado de manera oficial, el plan de estudios definido y publicado desde el año pasado fue producto de la opiniones y aportaciones de:

  • los 32 titulares de las autoridades educativas de cada una de las 32 entidades federativas.
  • Quince mil trescientos veinticuatro personas de pueblos indígenas y afromexicanos de 32 estados de la república.
  • El magisterio nacional expresado en asambleas efectuadas en los 32 estados de la república.
  • Niñas, niños, adolescentes y familias de diferentes estados, conforme a lo dispuesto en el artículo 23 de la Ley General de Educación.
  • Más de 100 miembros de la comunidad académica y de investigación, especialistas en educación y otros campos de conocimiento, nacionales y extranjeros.
  • 80 miembros de los sectores de la cultura y las artes.
  • El Instituto Nacional de las Mujeres, la Secretaría de Salud, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, El CONACYT, la Universidad Pedagógica Nacional, el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, Escuelas Normales, la Universidad Autónoma Metropolitana, Universidades Interculturales, la Subsecretaría de Educación Superior y la Dirección General de Materiales Educativos de la SEP.

Tal vez a los grupos de derecha, históricamente rabiosos contra los libros de texto, estén enojados porque no se invitó ni a los miembros del YUNQUE ni a los sacerdotes pederastas para plasmar su doctrina en los libros que servirán de guía a estudiantes y docentes para formar a las futuras generaciones, pero créanme que los comentarios que puedan hacer estos perversos, no le hacen falta a nadie.

También fue muy sencillo conseguir en internet todos los ejemplares en formato electrónico de los libros de texto, para no emitir opiniones sin sustento o con base en creencias medievales. Así que me di a la tarea de hojear los libros de primaria y leer algunos de los contenidos que al parecer le causó espanto, angustia y hasta terror a la derecha mexicana, ante tal aspaviento me esperaba encontrar en los libros, loas al Che Guevara o el manual para afiliarse a Morena, o el procedimiento para hacer plantones efectivos sin caer en el ridículo. Pero no encontré eso y afortunadamente tampoco encontré la introducción al catecismo del Padre Ripalda.

Lo que si pude constatar es que la propuesta de los contenidos es innovadora ya que propone motivar el pensamiento crítico en el alumnado, a diferencia del método antiguo que obliga a los estudiantes a repetir como cotorritos los preceptos escritos en piedra por los modeladores de conductas sumisas.

Entiendo que, para la Santa Inquisición del Siglo XXI, esto debe ser muy ofensivo y que por eso echaron mano de sus mecanismos de tortura instrumentados por las estridentes voces de los promotores del echaleganismo, vociferando la desquiciada idea de que el comunismo es un virus que se propagará con tan solo abrir los libros de texto gratuitos.

Fueron varios los mensajeros que envió la oligarquía de los millonarios de Cristo para atacar los libros de texto, tal como lo han hecho cada vez que algo no les conviene: envían a sus huestes del tribunal del santo oficio mediático, para detener la intención demoniaca de hacer pensar a los alumnos de la educación básica.

A los gestores del oscurantismo les da mucho miedo que el alumnado conozca que en el mundo existen diferentes tipos de familia. También les causa mucha roña que las personas descubran que en el 2006 se efectuó un fraude electoral que llevó a la presidencia a una persona afectada que se asoció con el crimen organizado para mantener un narcoestado.

Lo que nos le da ni tantita vergüenza es que en pleno Siglo XXI, los contenidos de la televisión abierta sigan usando la concesión del uso del espacio público, propiedad de todos los mexicanos, para difundir contenidos como Ventaneando, la Rosa de Guadalupe o los llamados Realitys que muestran a un grupo de personas encerradas haciendo nada.

Para estos grupos de poder fáctico les resulta muy conveniente que la niñez mexicana siga afectada por un modelo de contenidos que nada aporta al desarrollo de las competencias. Y hablando de competencias y para corregir a algunos opinadores ignorantes, el término competencia desde el desarrollo humano no significa que los estudiantes deban competir entre ellos para ver quién saca la mejor calificación, competencia es la capacidad de los seres humanos para aplicar su conocimiento y experiencia y lograr objetivos específicos.

Desde que surgieron los libros de texto gratuitos, diferentes grupos de derecha, conservadores de la doble moral, han intentado convencer a la ciudadanía de quemar los libros sin haberlos leído, esta práctica propia del nazismo no les ha funcionado.

Los medios de desinformación se han encargado en los últimos días de señalar con vehemencia diferentes errores existentes e inventados que aparecen en los libros de texto.

A la apreciable audiencia, les recomiendo que, en lugar de creer, sin comprobar, lo que escuchan, se tomen la grata experiencia de leer los libros de texto gratuito, para que ustedes puedan constatar si lo que se dice sobre el tema, es cierto o es un engaño más de odiadores profesionales. La duda filosófica nos permitirá debatir, corregir y avanzar en la construcción del conocimiento, el cual no es permanente sino dinámico y perfectible.

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