Confrontar a grupos de poder económico que tienen como norma aplastar a quien se deje, con tal de satisfacer sus necesidades elitistas, no lo hace cualquiera. Los grupos de poder económico no contemplan el honor ni la consideración a la hora de ejecutar la defensa de sus intereses.

Esta es la verdadera causa de la frustración de Santiago Creel: la cúspide de la pirámide oligárquica decidió qué fuera una pseudo proletaria quien encabezará el frente contra Andrés Manuel López Obrador, pasando por encima de las aspiraciones del líder de la Cámara de Diputados quien va acumulando intentos por ser candidato a la presidencia.

Los extraviados estrategas de la derecha creyeron conveniente sacrificar a Santiago Creel, uno de sus soldados más leales, para inflar a Xóchitl Gálvez, empresaria y senadora de la República con personalidad ocurrente y dicharachera, esto con la pretensión de ganar la simpatía de los grupos indígenas y pobres del país.

Santiago Creel fue humillado y puesto al nivel de un pelele qué obedecerá los mandatos de los miembros del empresariado representado por Claudio X González, hijo del dueño de una empresa que comercializa pañales desechables y que piensa que sus aliados pueden ser tratados como uno de sus productos.

Para no variar, quien detonó la ceremonia de sacrificio fue el mismo Andrés Manuel López Obrador, quien evidenció que el método de selección de candidatos, establecido por los conservadores, era pura farsa y anunció qué Xóchitl Gálvez sería la persona designada para competir contra la cuarta transformación.

Santiago no se aguantó el coraje y en una expresión desafortunada cometió la mala práctica de dejarse llevar por sus pasiones mostrando una cara llorona llena de frustración qué no se la habíamos visto antes. Pero en lugar de dirigir sus lloriqueos hacia los protagonistas de su desdicha: los oligarcas dueños del dinero, enfiló sus estentóreos reclamos al Presidente de México.

Tomado en cuenta que los estrategas de los conservadores son un grupo de incapaces, buenos para la politiquería, pero muy limitados para hacer política a la buena, el presidente les volvió a dar otra cachetada evidenciando qué Xóchitl Gálvez aprovechó su condición de servidora pública y se benefició con mil cuatrocientos millones de pesos pagados por diferentes instituciones del Estado a su empresa dedicada a la venta de gelatinas, perdón, dedicada a dar mantenimiento a edificios inteligentes, vaya ironía.

Ante tal evidencia de corrupción, Xóchitl también decidió usar la estrategia del lloriqueo, y a falta de asesores competentes uso al coraje como consejero. La senadora de la República reclamó, con nudos en la garganta, qué el malvado presidente no la deja trabajar de empresaria porque el dictador le canceló un contrato con Banobras.

A ver señora Gálvez, qué parte no entiende que usted es senadora de la República. Y por lo tanto ni usted ni sus hijos pueden contratarse para vender gelatinas, o lo que usted venda, a ninguna dependencia del gobierno.

Si Santiago Creel sigue de pelele exhibiendo sus lloriqueos y ridiculeces como por ejemplo querer enjuiciar al Presidente o decir que por ser güerito y de ojos azules se siente discriminado; Xóchitl será la candidata del bloque conservador disfrazado de indigenista, feminista, marxista, trotskistas y echaleganista.

Por supuesto que a muchos no les gustó que Doña Xóchitl sea la candidata del frente amplio de ambiciones y corto de vergüenza, en un sector del bloque conservador aún queda dignidad, faltaba más, así que aún nos queda conocer lo que digan los ultraderechistas fanáticos de Hernán Cortés representados por Eduardo Verastegui y por supuesto también se espera la reacción de los inconformes priistas de abolengo quienes se pusieron dignos porque no les gusta ser porristas de Xóchitl, quien un día dice que su padre fue un borracho abusivo y al otro día dice con orgullo que el mismo padre murió siendo priista.

Pero no todo es resistencia para Xóchitl, uno de sus matraqueros es otro chillón, el Expresidente promotor de la Mariguana Vicente Fox, quien también con actitud lastimera repitió la cantaleta de que ha batallado para sobrevivir y que le hace falta dinero, así que está esperanzado en que Xóchitl le regrese la pensión a los expresidentes, y que se eliminen los apoyos sociales y que todos los cabrones huevones se pongan a trabajar para pagar el seguro de gastos médicos mayores que según él cuesta como 100 mil pesos al mes.

Si Fox sigue dando entrevistas, será quien termine con los planes vengativos de los odiadores de Andrés Manuel López Obrador, el Presidente de México.

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